jueves, 23 de septiembre de 2010

Todo es carencia, carencia como la de los humildes. Todo lo que se dijo hasta ahora no tiene sentido. No tiene sentido porque nadie dijo quién era el asesino del profesor de lengua y literatura del colegio que quedaba cerca de mi casa. Mi casa quedaba cerca de la casa de Pablo, digamos cerca de la casa Juan. Para ser más exactos la casa quedaba en el partido de General San Martín, digamos cerca de mi casa.

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