jueves, 23 de septiembre de 2010

Ella pensó en tomar la iniciativa. A partir de ese momento no sería una princesa más, una de esas hermosas rubias de largos cabellos con bucles y vestidos espectaculares. No. Debía tomar la sartén por el mango y así reivindicar el lugar de la mujer en aquella sociedad ¿Por qué siempre corriendo?, ¿por qué siempre huyendo esperando que un valiente caballero la salvase de las temibles garrras del monstruo?
A partir de ese momento su vida cambió.Así que decidió encarar al hombrecillo y sin más le prometió que si él la ayudaba a planear su escape y venganza, ella sería su amante por aquella noche.
Imaginen la cara del hombrecilllo al descubrir la transformación repentina de su posible refugiada. No podía creer la inmensidad de su suerte. Le pidió por favor que ingresase a su pequeña casa. La hermosa princesa le pidió algunos pedazos de telas y con ellos, y mucha paciencia, se confeccionó un inteligente disfraz.

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