jueves, 23 de septiembre de 2010

Esta experiencia resultó para mi, única. Se abría para mí una dimensión desconocida, llena de preguntas y de curiosidades. Reconocer nuevamente mis sentidos, era casi como volver a nacer. Estaba naciendo de nuevo , y por primera vez me sentía capaz de desenmascarar aquellos sentimientos que hasta entonces había reprimido. No es que esa conducta fuera en mi, racional, pensada, calculada: simplemente obedecía a un aspecto de mi personalidad que más de una vez yo me empeñaba en "amordazar". En más de una oportunidad pulsaba por salir y me generaba una sensación como si perdiera el control de mi mismo, pero esta vez era diferente. Una nueva experiencia se abría ante mi, un mundo de nuevas sensaciones por descubrir, por desenmascarar y luego , imagino, por cultivar. El mayor desafìo consistiría en cultivar esta nueva vida, en hacerla crecer una vez que este momento de despertar acabara.
El peor momento fue el de la metamorfosis. Dicen por ahí que todo cambio genera

No hay comentarios:

Publicar un comentario