jueves, 23 de septiembre de 2010

Entre tanto, el morador de la cabaña se relamia expectante,más ansioso de recibir los beneficios de su bondad que en ejercerla. Mas cuando se acercó acechante, la doncella importunó sus intenciones con un cuestionerio destinado a encontrar en las cercanías un benefactor mejor posicionado, y menos repulsivo que aquel prospecto que ya exhalaba sudoroso las hormonas de sus deseos.

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